
Después de esta experiencia, Dunant decidió escribir un libro sobre sus experiencias, que tituló irónicamente como "Un Souvenir de Solferino". Se publicó en 1862 y en él desarrolló la idea de que una organización neutral debería proporcionar cuidados a los soldados heridos. Las 1.600 copias fueron distribuidas entre los líderes políticos y militares destacados de la época. Su acogida en la alta saciedad fue muy positiva y el Presidente de la Sociedad Ginebrina para el Bienestar Público, Gustave Moynier, hizo del libro y sus sugerencias el tema de la reunión de 9 de febrero de 1863.
La sociedad examinó las recomendaciones de Dunant y crearon un comité de cinco personas para investigar la posibilidad de llevarlo a cabo. A partir de entonces dos médicos, un general, un jurista y el propio Dunant fueron los que decidieron el destino de la todavía idílica organización. El 17 de febrero de 1863 se reunieron por primera vez instaurando la fecha que sería considerada como el nacimiento de la Cruz Roja Internacional.