
Por este mottivo tiene gran importancia el diagnóstico precoz de la infección por el VIH, ya que la infección aguda suele pasar desapercibida y la infección crónica cursa de manera asintomática durante periodos prolongados, incluso durante años. El diagnóstico tardío, mantiene el GeSIDA, supone un perjuicio para la salud pública y también para el propio individuo, que se traduce en un exceso de mortalidad, complicaciones y una peor respuesta al tratamiento antirretroviral.
